Tú, que como una puñalada,
en mi pecho doliente entraste,
y cual rebaño de demonios
viniste loca, engalanada,
para de mi alma sometida
hacer tu lecho y tu dominio;
–infame a quien me encuentro atado
como el forzado a su cadena,
y el jugador tenaz del juego,
y como el borracho a la botella,
y a los gusanos la carroña,
–¡sí, maldita, maldita seas!
Yo supliqué a la espada rápida
para ganar mi libertad,
y dije al pérfido veneno
que ayudara a mi cobardía.
Mas, ¡ay!, la espada y el veneno
me desdeñaron y me han dicho:
"No eres digno de redimirte,
de tu maldtia esclavitud,
¡Imbécil!– ¡Si de su dominio
nuestros esfuerzos te librasen,
tus besos resucitarían
el cadaver de tu vampiro!"
Las flores del mal
Charles Baudelaire
Bienvenida
Mi querido amigo:
Bienvenido a mi reino. Espero que su estancia sea de lo más placentera. Le suplico, de la manera más atenta, no tomar fotografias con flash. Soy un... poco sensible a la luz.
Aguardo con ansias su visita.
Atentamente
L.M.D.H.
P.D. Cuidado con su cuello.
Bienvenido a mi reino. Espero que su estancia sea de lo más placentera. Le suplico, de la manera más atenta, no tomar fotografias con flash. Soy un... poco sensible a la luz.
Aguardo con ansias su visita.
Atentamente
L.M.D.H.
P.D. Cuidado con su cuello.
miércoles, 9 de abril de 2008
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1 comentario:
Me agrada Baudelaire, por momentos creo que las traducciones le quitan o le ponen algo... sin embargo, me agrada. Ya pondré algo de él y por cierto, ando buscando una dama que sedienta atienda mi cuello.
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