IN THE NAME OF GOD, IMPURE SOULS OF THE LIVING DEAD SHALL BE BANISHED INTO AN ETERNAL DAMNATION. AMEN

Alucard!

Alucard!
El fantástico Alucard en una pose tan sensual.

Bienvenida

Mi querido amigo:

Bienvenido a mi reino. Espero que su estancia sea de lo más placentera. Le suplico, de la manera más atenta, no tomar fotografias con flash. Soy un... poco sensible a la luz.
Aguardo con ansias su visita.

Atentamente

L.M.D.H.

P.D. Cuidado con su cuello.

sábado, 29 de marzo de 2008

Muerte en vida



Es delicioso sentir ese líquido caliente al contacto de mis labios. Nutre sin preguntar. Los llena de color y candor. Es la forma con la que la vida perdura.
Poco a poco este líquido esta ahora en la lengua. Aquí es donde puedo disfrutar y gozar su delicioso sabor. No me enferma ni disgusta; al contrario. Es la felicidad que va entrando. El placer va en aumento. El color es mayor.
El sabor ahora lo siento en la garganta. Es increíble cómo un líquido primordial te llena de vida. Te da una nueva. No tienes preocupaciones al sentirla, todo es calma. Delicia, gozo, placer.
Ya no tiemblo. Lo que entró es suficiente. Tengo fuerzas. Puedo cazar más. Necesito más. ¿Dónde localizar ese elixir sagrado? Ya lo sé.
Nadie te podrá proteger. Cuida de tu cuello. Mis colmillos están deseosos de perforarlo.
Estoy detrás de ti

1 comentario:

Rubas dijo...

LA METAMORFOSIS DEL VAMPIRO

La mujer nos decía con su boca de fresa,
ondulante, acechante, entre sierpe u tigresa,
los senos oprimidos a punto de estallar,
estas palabras que ella dejaba resbalar:
'Yo tengo el labio húmedo y conozco la ciencia
'que en el fondo del lecho diluye la conciencia.
'Enjuga todo llanto la gloria de mis senos
'que hacen reír a los viejos igual que niños buenos.
'¡Y soy para quien sepa contemplarme sin velos
'la luna, y soy el sol, las estrellas, los cielos!
'Tan docta soy amando, queridos sabihondos,
'cuando un hombre aprisiono en mis brazos redondos,
'o cuando a sus mordiscos abandono mi pecho,
'frágil y libertina a la vez, que en mi lecho,
'gustador del deleite que raya en frenesí,
'hasta los mismos ángeles se perdieron por mí.'

Cuando toda la médula succionó de mis huesos,
y sobre ella rendido quise darle mis besos,
advertí que en sus flancos -todo fue en un momento-
resbalaba un humor viscoso, purulento.
Cerré entonces los ojos de frío y de terror,
y al abrirlos de nuevo al vido resplandor,
junto a mí, y en lugar del maniquí gozado
que parecía haberse ya se sangre saciado,
temblaba un esqueleto, produciendo un crujido
como el de esa veleta que da un agrio chirrido,
o el rótulo hecho trizas del umbral del infierno
tremolando en el viento de una noche de invierno.

Charles Baudelaire
"Las Flores del Mal"